La cateta contumancia de algunas personas, es cosa que en este pueblo se da normalmente. Los personajes que se significan por motivos políticos o mediáticos no dejan de ser ridículos muñecos de guiñol en esta obra esperpéntica, en el mejor de los casos.
Salen a relucir situaciones de “quítame allá esas pajas”, que originan grandes debates de dudosa transcendencia, siendo importante para los personajes demostrar ante la opinión publica, quien es quien dentro de esa contumancia palurda que se da en el escenario local. El ridículo es mayúsculo cuando el enfrentamiento da para ver quien a robado o malversado con más fruición los dineros del pueblo, según la trama de la pésima obra. Lo malo del caso es, que los guionistas emplean papel y tinta en estos bodrios.
No hay una salida coherente de los autores, ya que el propósito de rectificar sus personajes y hacer “mutis por el foro”, no está en sus escuálidas figuras morales, de manera que la farsa sigue con nuevos capítulos, donde se dan ofensas llenas de cinismo, y desafíos o duelos que no pueden repintan sus desgastados trajes éticos. Todo en una ridícula representación de este aberrante teatro de las Miserias, por personajes disfrazados con desgastadas ropas rojinegras. Los que hacen el papel de malos, pésimos guiñoles, quedan disculpados por tener una actitud “civilizada” ante la pésima obra.
Algunos de estos muñecos intenta representar aquello para lo que nunca estuvieron preparados ni vestidos, incluso de atreven, estos personajillos de serrín, a ponerse a representar comedias de altos vuelos, jugando con obras serias de carácter político y social, que fueron hace 76 años espejo de esperanza para la concurrencia, y que nunca han conseguido representar de manera coherente, y que cuando lo han hecho, como ahora, el espectáculo es bochornosos .La farsa deplorable.
Siguen todos ellos en la idea de hacer bien su falso papel, mirando de sacar el mejor provecho a sus actuaciones, según los gusto del día, pero ni por esas, no lo consiguen, porque su altura representativa no da para eso. Es una pena, pero en la comedia trágica que representan, ninguno de ellos van al meollo de la cuestión: hacer una obra en la cual todos desaparezcan como protagonistas.
Jose Lozano (Can Folguera) 05/10/2012
